"Nuestras vidas, nuestras culturas, están hechas de muchas historias interrelacionadas. La novelista Chimamanda Adichie cuenta cómo encontró su voz cultural auténtica y advierte que si sólo escuchamos una historia sobre una persona o un país, corremos el riesgo de caer en una incomprensión grave".
En clase a partir de este video, se discutió sobre el peligro de una sola historia en la investigación y cómo puede evitarse. La discusión fue guiada a partir de las siguientes preguntas a modo de auto-reflexión con respecto al trabajo individual formulado hasta el momento:
- ¿Cuáles son las historias que he escuchado sobre el tema o problema?
- ¿Quiénes me la han contado? ¿De donde vienen: país, contexto, persona ? ¿cuál es la relación de las personas o fuentes de información con el objeto o asunto?
- ¿cuál es la historia del poder? ¿he simplificado el asunto o la historia de un lugar o una situación?
- ¿De quienes no he escuchado "su historia" sobre el tema, asunto o problema?
- ¿como evitar la única historia en mi vida y en mi investigación?
A partir de estas preguntas y de la discusión en clase se rescatan estos dos puntos:
- Al inicio de la investigación uno comienza a inventarse una historia única y va comprobando y desechando cosas. No importa tanto si esa historia era real o no sino que estaba incompleta y a lo largo del proceso de formulación se va nutriendo de otros puntos de vista.
- Pueden existir (y a menudo existen) dos tipos historias únicas: las que satanizan y las que idealizan. AMBAS SON PELIGROSAS e INCOMPLETAS.
- La historia, es decir la realidad, debe verse como una gama de tonalidades y puntos de vista. Entre más historias tenga, podré comprender de forma más completa e integral la situación.
- El problema no es siempre negativo, hay que pensar en las deficiencias tanto como en las oportunidades del contexto, situación o población.