En clase, utilizando la tradicional herramienta para comentar, el post-it, entre todos estudiantes y la profesora se retroalimentaron constructivamente los mapas mentales iniciales del proceso individual. La actividad prueba su efectividad por cuanto, en aproximadamente 50 minutos, cada uno de los casi 22 estudiantes (grupo 1 + grupo 2) pudieron dar a conocer sus intenciones de investigación y al mismo tiempo recibir la retroalimentación de los presentes por medio de preguntas, comentarios y sugerencias; que de otra forma no sería posible conocer en el tiempo del curso las propuestas. Además esta herramienta no permite la deriva o "hablada" de relleno, el mapa mental es lo que es y no puede pretender ser más que eso; sin embargo, esto más bien provoca la necesidad de reconstruir, semana a semana, el mapa mental de la propuesta.
La herramienta del mapa mental, como comentaron los estudiantes en clase, permite organizar las ideas que de momento estaban sueltas en la mente, y aún más importante es clarificar o visualizar los vacíos de información que se tienen, los cuales deberán comenzar a llenarse durante la pre-investigación y la formulación del TFG.
Retroalimentación participativa de las propuestas individuales |
Además comentaron que el proceso de retroalimentación participativa les hizo autovalorar la delimitación, especificidad y claridad de su propuesta. Muchas veces se nos olvida que la herramienta que se utilice para comunicar las ideas (mapa mental, cuadro resumen, diagrama o trabajo escrito) debe ser pensada en función de quien lee, y no de quien escribe. Esto se refiere a la importancia de no dar por sentado, en el avance individual, que el lector conoce el sitio, el concepto o el problema.